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juanragil

El día del Padre

Como muchos ya sabéis, no hace demasiado (54 semanas para ser exactos) éste que os escribe fue padre de una criatura, Adrián, que ha salido un poco al padre, pero, por fortuna, en versión bastante mejorada. Por lo tanto, el pasado día de San José fue el día del padre, el primero consciente que he tenido (en el anterior el renacuajo tenía sólo 12 diíllas).

Ya sé que este tipo de fiestas las inventó EL Corte Inglés, o más bien Galerias Preciados, para sacar pasta, que es de lo que va el tema. Pero no es menos cierto que mientras que los niños van a la guardería y a la escuela, este día toma otro matiz: es el día en el que las y los maestros se vuelven locos haciendo un montón de regalos casi iguales para los papis.

En el caso de mi crío, con sólo un añico me ha traído una mano plastificada, para colgar en el coche, en el que me felicita y me dice que no corra, además de pegarle una fotillo. Hasta aquí, está clara la "influencia" de su profe, Begoña, en  el regalo. Pero resulta que el zagal ha pintado con sus dedillos unos puntillos rojos, y que detrás ha marcado su mano con pintura de dedos, y con esto, mira que somos baratos algunas veces, me bastó para emocionarme, convertirme en un padre de esos babosos que le enseñan la cosa a todo cristo, aún a sabiendas de que debe de haber otros 150 artilugios semejantes por la carretera circulando.

Pero en  fin, y a lo que iba, no deja de ser emocionante, y bonito, ver que tu niño te regala algo en lo que participa con sus propias manos. Por lo tanto, a lo mejor no debemos combatir contra estas fechas ultracomerciales: lo que debemos hacer es mantenerlas por siempre como los días nacionales de las manualidades en familia.

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